NO A LOS POLÍTICOS SALVAPATRIAS

Álvarez Cascos abandona el PP en Asturias, después de ser descartado para encabezar la candidatura a las elecciones autónomicas asturianas. De esta noticia podemos todos aprender aquí en Sevilla y provincia. Dejando a un lado las luchas florentinas dentro de los partidos políticos por ocupar los primeros puestos en las listas, la lección de fondo se sitúa en la actitud personalista de algunos que sólo entienden la política como sinónimo de atril, aplausos de pie y baños de flashes. La política siempre ha de entenderse como la disciplina dedicada a la gestión de los recursos públicos que ceden los ciudadanos. Para ello, desde los ayuntamientos, diputaciones y juntas o generalitates varias, todas como organización, se parte de un sistema donde tiene igual validez cualquier elemento del mismo, por pequeño que pudiera parecer, formándose un magnífico engranaje de cuyo funcionamiento dependemos todos. El alcalde en los ayuntamientos, o cualquier mandatario al frente de su organismo, no puede dar ni un solo paso sin la colaboración y trabajo de los subordinados, en este caso, los concejales, con especialización en determinadas materias; y éstos no sabrían nada sin el esfuerzo de administrativos, informáticos y especialistas en la materia. Este país no lo sacan adelante los césares de toga blanca y pulgar abajo, sino la chusma romana con las manos sucias y la mirada clara.