sábado, 8 de enero de 2011

LA FERIA EN PELIGRO

Todos estamos expectantes porque el futuro de los fumadores durante la Feria depende del informe de valoración jurídica que elabore el Secretario General del Ayuntamiento de Sevilla. También el de los no fumadores. Uno se imagina -visión extraña- que la ciudad de la alegría durante siete días está a merced de un funcionario -imagino- de chaqueta gris, corbata gris, pantalones grises, en fin, mirada gris. Pero después recapacito: debe interpretar una ley, y debe hacerlo desde su propio carácter y subjetividad. Tanto si es sevillano como si no, lleva un tiempo viviendo aquí. Y ello conlleva la apreciación de que Sevilla traslada su esencia, tal vez un tanto perfumada de folclore, a Los Remedios. Y cuando digo Sevilla no me refiere a sus organismos públicos ni sus instituciones, sino a las familias y grupos de amigos.
El Secretario lee en las modificaciones de la ley antitabaco que se prohibe fumar en los espacios de uso público. Y bien sabe que en las casetas de feria nunca hay público en general, usuarios o clientes de un servicio. Hay amigos, cuñados, esposas y, sobre todo, compadres. Bajo los toldos no existe ningún espectáculo que vengan a ver los madrileños. Se da únicamente la celebración de la amistad, pero no como una performance de estas con recitación y ballet estrambótico posmoderno. No. Estamos bajo estos toldos en nuestro hogar. Y sólo entran los queridos.
El Secretario, después de una pausa valorativa, terminará firmando el informe de no prohibición de fumar en las casetas.
Y esto lo escribe quien no ha fumado un cigarrillo en su vida. Porque algunos a duras penas aguantan dos noches en vela, con copas de más, y encima trabajando a primera hora de la mañana. Eso sí que mata.


No hay comentarios:

Publicar un comentario