LA GOTA DE AGUA

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Víctor Arrogante  @caval100   ha comenzado en julio su colaboración en este diario digital, dándole por mi parte la más cordial bienvenida y haciendo, desde el mayor de los respetos, uso de la sana discrepancia. Su último artículo hace referencia a la panacea de todos los males de la actual política española: la moción de censura. Casi en estado de trance, todos los partidos de la oposición invocan este concepto en continuo bucle, adornados por unas tibetanas exclamaciones de “Ooommmm”.

Con la aparición de los originales de la contabilidad B del Partido Popular, de puño y letra de Bárcenas, y su entrevista-confesionario con Pedro J., se hace ineludible que el Presidente del Gobierno comparezca en sede parlamentaria para dar explicaciones al respecto ante los representantes del pueblo español. Sin embargo, la callada por respuesta, remitiéndose a sus palabras desde el plasma, ha sido el primer paso hacia un acto de mayor gravedad: cortar toda posibilidad de debate parlamentario. Se trata de un claro boicot a la institución de las Cortes por parte del grupo popular.

    Atar de pies y manos al Parlamento es el objetivo del PP, actuando por encima del mandato constitucional, que recoge claramente que una de las principales funciones del organismo es controlar al Gobierno, según detalla el artículo 66 de la Carta Magna. Existen sospechas de una actuación tan indecorosa como ilegal de quien es el actual Presidente. Rajoy, pues, debe aclararlo. Existen indicios de un presunto cohecho sistematizado. Rajoy, insisto, debe aclararlo. Existen documentos que le señalan con el dedo en su anterior etapa como ministro, con lo que surgen dudas sobre su proceder al frente del actual Consejo de Ministros. Rajoy, por  tanto, debe aclararlo.

Lector/a, si he usado la repetición no ha sido por torpeza sino como figura estilística, ha sido para recalcar la que será la base de mi argumentario. En una época donde, por desgracia, cuentan más los eslóganes y frases de impacto, abogo por una idea que se guía por la constancia y perseverancia.

Frente al argumento de una posible moción de censura, cabe decir que de entrada ya está perdida porque se necesita la mayoría absoluta (que posee actualmente el PP); y porque se requiere presentar a un candidato alternativo a Presidente, en lo cual no hay intención de catapultar al gastado Rubalcaba, que sería en principio el legitimado por ser el líder del partido mayoritario de la oposición.

Por tanto, como he anticipado, la repetición, la constancia y perseverancia es lo que importa en mi propuesta. Como un maestro budista que abandona sus “Ooommm” y enseña que la gota de agua que diariamente cae sobre una piedra, después de un tiempo, hace un agujero en ella y finalmente termina resquebrajándola. En la política actual hacen falta medidas innovadoras y frescas como nos ha enseñado la Plataforma de Afectados por la Hipoteca.

Si el grupo popular se niega al debate parlamentario, habrá que recordárselo diariamente. No sirve abandonar las sesiones que tratan sobre el proyecto de la Ley de Transparencia. Los diputados deben seguir con su trabajo, pero recordándole, siempre que sea posible, lo del caso Bárcenas. Sugiero que en cada sesión  del Pleno o de cualquiera de las Comisiones Legislativas, todo diputado/a de la oposición comience su intervención parlamentaria con palabras, por ejemplo, de este tenor: “A la espera de que el Presidente del Gobierno sr. Rajoy dé explicaciones sobre el caso Bárcenas, me gustaria empezar...”. Independientemente de la cuestión que se esté debatiendo, el diputado/a habrá iniciado su turno de palabra con aquella frase y finalizará siempre con un deseo idéntico: “Aquí doy termino a mi intervención, deseando que el Presidente del Gobierno sr. Rajoy comparezca para dar explicaciones sobre el caso Bárcenas”. Eslóganes es lo que nos piden los tiempos actuales, y pueden hacer más daño que un discurso grandilocuente pero vacío en formalidades de inalcanzable mayoría absoluta.