martes, 1 de febrero de 2011

¿MÉDICO O MÉDICA?

Ni juramento hipocrático ni qué ocho cuartos.
Sabrán ya de la noticia de la mujer que actuó durante cinco meses como médico en las urgencias de un hospital valenciano habiendo falsificado el título y la colegiación.
Una persona, primero con la habilidad de falsificar y engañar a la Consejería de Sanidad valenciana; segundo, con la idea de ejercer un oficio que beneficia directamente a los ciudadanos, pudiendo elegir profesiones menos comprometidas socialmente; y tercero, capaz de bregar con los miles de insoportables en que nos convertimos todos con un fuerte dolor encima; digo que esa persona merece todos mis respetos.
Cuando se vayan todos nuestros recién licenciados en medicina a Inglaterra o Portugal, yo preguntaré por ella. Aunque tal vez simplemente me recete paracetamol y mucha agua. Pero quién no sobrevive con placebos, es decir, con ilusiones que tal vez nunca se cumplen. El primer placebo de los pacientes que atendía era el de tener enfrente a una profesional de la medicina, y seguro que muchos respiraban tranquilos cuando ella les escuchaba atentamente.
Y lo mejor de todo, como no era médico, sus recetas escritas a mano se entendían perfectamente.


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