lunes, 26 de mayo de 2014

LA CARA DE PODEMOS ¿ES SU CRUZ?

[Nuevo artículo en Publicoscopia]

Como ciudadano crítico, viendo la de palos que ya reciben los partidos mayoritarios, quiero aconsejarle al lector que debe mantener su actitud precavida hacia la esfera política.
Podemos ha dado un gran paso en pocos meses y ha conseguido cinco escaños en el Parlamento europeo. Perfecto. Savia nueva. Aires frescos en la desgastada casta política. ¿Qué tenemos?, pregunto a los votantes de Podemos, desbordantes de alegría. Pues un representante, esto es, un miembro más de la democracia indirecta. Se han formulado maravillosas propuestas dentro de este partido, mediante los llamados por ellos círculos, y se ha consensuado un documento programático. ¿Y? Estos señores tienen un compromiso con sus votantes, como cualquier otro de los políticos que en la larga historia de la Eurocámara han descansado sus posaderas en Estrasburgo y Bruselas. ¿Merecen mayor credibilidad que cualquier otro político de los cientos de partidos que han concurrido a las elecciones europeas?
Bajando los humos al histérico fanatismo, examinemos primero cuáles son los pilares de este rompedor grupo político. Tenemos su programa.
Hojéelo y no tardará mucho en observar que el grueso de las medidas propuestas es casi al cien por cien coincidente con el programa de Izquierda Unida, que ha participado en las elecciones europeas bajo la denominación La Izquierda Plural. Se da la circunstancia de que IU no es un partido sin más , es una coalición de partidos, en la cual cabría perfectamente Podemos. Además, pasadas las 23 horas del 25M, el propio Pablo Iglesias manifestaba que iban a apoyar a Alexis Tsipras, al igual que La Izquierda Plural ¿Por qué, entonces, va por libre?
Llegamos a la peliaguda cuestión de que se achaque cierto populismo a su dirigente, Pablo Iglesias, politólogo y, especialmente relevante en este punto, tertuliano. Una cara que aparece repetidamente por nuestra caja televisiva, transformándose en algo familiar y hogareño. En términos cinematográficos, en un plano medio el canal de televisión se dispone en los salones a mostrarnos a cada tertuliano en sus aspavientos y en sus declamaciones. Parecen estar dentro de casa con sus tics, con sus insistentes discursos, con sus broncas. Frente a la caja tonta engullimos todo lo que nos eche. Pablo Iglesias lo sabe. También su director de campaña, Iñigo Errejón, quien en su tesis doctoral
nos advierte de la abundancia de situaciones en que el ciudadano corriente “es consumidor pasivo de significaciones en procesos comunicativos cerrados -cuando ve televisión…”[nota 154 de la página 312].
Esa imagen se convierte en icónica, de tal modo que en un gesto audaz invadió las papeletas electorales de Podemos. Conviene recordarle a su dirigente la frase relativa a la mujer del César. No es muy elegante ni supone una reivindicación de igualitarismo el hecho de que un partido asambleario diseñe una papeleta en lo alto de la cual figure el rostro de su líder, mostrando el poco respeto que le merece el resto de integrantes de la lista de candidatos.

cortesía de 20 minutos
No terminan aquí los errores en el bisoño Podemos, porque a velocidad supersónica publican un decálogo de compromisos, del que muestro sus principales fallos.
El mayor es insinuar con la confección de sus compromisos que son inexistentes en la Unión Europea. Si los puntos 3 y 8 señalan que rendirán cuentas y se harán públicas para un mejor control por la ciudadanía, Podemos parece desconocer que en el artículo 4 del Código de Conducta de los diputados al Parlamento europeo
se les obliga a presentar una declaración de tipo económico. Si el punto 7 habla  de que se evitará el conflicto de intereses en su labor parlamentaria, Podemos desconoce u olvida que el Código de Conducta en su artículo 3 regula con claridad dicho supuesto. Y por último, si los puntos primero y segundo nos indican que van a renunciar a alrededor de cuatro mil euros mensuales quedando el límite en tres veces el SMI, si se lee la letra pequeña, no se dice que lo devuelven sino que ese dinero restante va a las arcas de Podemos. Es más, aclaran en el decálogo que dejan aparte los gastos de alojamiento y manutención. Por tanto, ese dinero que llega a la Iniciativa Podemos acabará volviendo a los bolsillos de sus eurodiputados en concepto de dietas. Para este viaje no hacían falta alforjas.
Para más inri, se descubre incluso un acto contrario al espíritu y letra del Estatuto de los diputados al Parlamento europeo.
El punto 2 del decálogo nos explica que “los parlamentarios de Podemos deberán donar el resto de su salario oficial” en un ejercicio de funambulismo lingüístico que mezcla el carácter típicamente voluntario de las donaciones con el deber hacia su partido. Meten la pata los novatos porque el artículo 9 del Estatuto establece que todos los diputados tienen derecho a una asignación parlamentaria, declarando nulo cualquier acuerdo sobre el uso de esa asignación con fines distintos.
Cuidado, Pablo iglesias, porque tu primer compromiso es con tus votantes, que te han llevado casi en volandas hasta un escaño europarlamentario para los próximos cinco años. Hasta 2019. Esperemos que coincidiendo con las próximas elecciones generales españolas los efluvios salvapatrias no te confundan y acabes renunciando al mandato.




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