miércoles, 15 de enero de 2014

RAJOY DA (A) LUZ

[Nuevo artículo en Publicoscopia]

9:07 AM. 15 de enero de 2014. Palacio de la Moncloa. Reunión del equipo de imagen y redacción del sr. Presidente del Gobierno de España.


[Al asesor B, dentro del turno de salidas al extranjero, le ha correspondido en esta ocasión formar parte del séquito oficial que viaja a Estados Unidos]


Asesor A: El MaRaJá  [apelativo cariñoso con el que se refieren al Presidente del Gobierno, señor Rajoy] ya terminó sus reuniones con Obama y la mandamás del FMI
http://www.20minutos.es/noticia/2028196/0/rajoy-obama/reunion-washington/economia/ , y todo ha salido muy bien. Allí les ha expuesto a ambos el proyecto estrella, sobre el que nosotros trabajaremos para que cale en la opinión pública.


Asesor C: ¿De qué va el tema?


Asesor A: Os contaré cómo surgió. Ha sido en el pasado Consejo de Ministros, donde Gallardón se lamentaba de una conspiración feminoide para minusvalorar su ley antiaborto. Decía que ha hecho todos los esfuerzos posibles por ser considerado uno más en el ala extremista del partido. ¡Y así me lo agradecen! El hecho es que se confesó ante sus colegas ministros, pidiéndoles que le echaran una mano para dar una nueva imagen a su ley.
    Entonces, Ana Mato intervino para aclarar que ella también está sufriendo lo suyo con los palos que le llegan de todas partes. A ella le gustaría que la recordaran por otros temas más positivos que el copago, quizás dando mayor importancia a su sección del Ministerio dedicada a la Igualdad.
    Fátima Báñez la interrumpió para quejarse de la cruz que lleva encima, pese a la protección de la Virgen del Rocío. “Y lo que soporto yo, ¿qué? Esas risas de mis colegas europeos… Incluso no iba a los Consejos Europeos por vergüenza
http://www.eldiario.es/politica/Fatima-Consejo-Europeo-Empleo-Constitucion_0_78392552.htmlDaría lo que fuera por que bajaran las listas de desempleo”.
    “Pues con el aumento de natalidad que supone obligar a las mujeres a parir, veo algo positivo”, replicó Gallardón. “Si hay un aumento de población total, los cinco millones de parados no serán el 25%, sino que podríamos bajar el porcentaje”.
    Ana Mato añadió: “Sí, pero aumentando el número de mujeres en periodo de embarazo y recién maternidad, estas tendrán en esos periodos menos posibilidades de encontrar trabajo”.
    Y así estábamos cuando intervino José Manuel Soria: “Como Ministro de Industria y Energía puedo decir que se me ha encendido la bombilla. Todos tenemos nuestras quejas pero si unimos fuerzas quizás salga una idea magnífica. He pensado, no sé por qué, en lo de las mujeres dando a luz, y de un modo extraño lo he relacionado con mi cartera”.
    “¿Por qué no usar la energía cinética que se provoca en los partos? Por ejemplo, aparatos que logren transformar en energía eléctrica la fuerza con la que aprietan las manos de una parturienta, que aprovechen la potencia de los gritos de la mamá primeriza. Sería una energía limpia y no contaminante. Además, pensándolo bien, podría tratarse de un proyecto en el que trabajaramos juntos varios Ministerios. Obviamente, el Ministerio de Justicia, porque con su ley del aborto tendríamos un aumento exponencial de los partos. Mi ministerio podría hacer frente al déficit de la factura eléctrica. Se podría crear un minijob, un contrato de pocas horas, en el que se incluiría la fase de dilatación; la podríamos equiparar al periodo de prueba en los contratos. Así se quitaría a muchas mujeres de las listas del paro, y Báñez iría con la cabeza alta a Bruselas. Sin olvidar que al darles trabajo en una fase de su vida en la que ningún empresario las quiere contratar, estaríamos contribuyendo a la igualdad de género en el mercado laboral, lo cual es uno de los cometidos de mi querida ministra Mato”.
    Se hizo un silencio grave en la sala. El MaRaJá asintió la cabeza y acto seguido señaló con el dedo al ministro Soria y comenzó a aplaudirle, secundándolo el resto del Consejo de Ministros. Cuando la intensidad del momento disminuyó, el Presidente concluyó: “Lo llamaremos el Proyecto Alumbramiento”.
    Ahora nos toca a nosotros vender bien el proyecto a los ciudadanos. Manos a la obra.

Asesora D: (termina de masajearse las sienes) Buf, ¿por dónde empiezo?



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