Seguimos con otro de mis artículos-cóctel. Este barman ya ha sacado la coctelera del armario. Me dispongo a preparar un brebaje atrayente por el fuerte contraste de colores. Cuando le des el primer sorbo te impactarán los ingredientes tan exóticos que he usado.
En una mano, el Harlem Shake, el estúpido vídeo viral. O el viral vídeo estúpido, pues se puede ordenar a gusto del lector estos adjetivos ya que suelen ser sinónimos en la red. En la otra mano, la designación del nuevo Papa Francisco.
En el Harlem Shake aparece en los primeros quince segundos una sola persona bailando. A continuación, una multitud le sigue en su alocado baile. Del mismo modo, sorprende ver el frenesí de admiración hacia el Papa recién nombrado. Artificiosamente los católicos se hallan en estado de éxtasis ante Francisco I cuando todavía vive quien en teoría era el representante de Dios en la Tierra. ¿Es que el mismo Dios ha decidido mandar al paro a Benedicto?, ¿o éste se ha rebelado ante su Boss? Porque si hubiera renunciado, ¿no estaría en ese momento por encima de Dios? En fin, maravilla ver cómo, al igual que en la política, se destrona líderes y se recibe a los nuevos como si la vida nos fuera en ello.
Claro, es lógico que actúen como políticos porque lo son. El Papa es la máxima autoridad en el Estado Vaticano. Repito, Estado. Y como cargo gubernamental, tienen sus asesores de imagen y sus eslóganes. Cuando oyes el nombre de Francisco I, lo primero que viene a la cabeza es la figura de San Francisco de Asís, el santo andrajoso. Y convenientemente se refuerza con el lema de su primer discurso: "Con los pobres". Justo como hace la música disco de Harlem Shake. Ritmo que engancha sin que haya letra, salvo el grito en español "Con los terroristas". Unos con mensajes de paz, y otros con lo opuesto.
Aunque no lo parezca, he hecho un cóctel con ingredientes sabrosones en común. Lo de la sabrosura [no patrocina este artículo la empresa de móviles en acné] es por Latinoamérica. Por un lado, tenemos a un Papa argentino. Por otro, la historia de que el DJ que creó la canción viral utilizó el grito "con los terroristas" sin permiso de su autor original. Éste es un excantante portorriqueño llamado Héctor el Father. Es decir, el Papá y el Papa. Y redoble de tambor para el más difícil todavía: los caminos del Señor son inescrutables, porque Héctor el Father abandonó su carrera artística para hacerse predicador.
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